Cuando necesitamos una alfombra solemos visitar
la tienda para llevarnos una alfombra ya hecha, de medidas estándar. El
problema es que muchas veces no nos damos cuenta de cuánto mejor hubiera sido encargar una buena alfombra a la medida.
¿Qué tiene una alfombra hecha a la medida que
no tenga una alfombra ya fabricada? Veamos: si la alfombra que hemos comprado
encaja a la perfección en el espacio que tenemos, si el diseño nos gusta y la
calidad es la adecuada, nada que decir.
Pero muchas veces no es así.
Porque compramos una alfombra que nos queda un
poco corta de un lado y larga de otra. O viceversa. O el color no está mal,
pero podría haber sido más atinado. O nos hubiera gustado que tuviera otro
remate. O una trama base diferente.
O un estampado o un acabado ligeramente más así
o más asá… y nos queda un raca-raca en la cabeza que no se nos quita ni con
agua caliente.
Alfombras
a medida: como ir al sastre, pero en alfombra
Las alfombras a medida vienen a solucionar ese
problema. Porque nos permiten elegir virtualmente cualquier cosa que nos
podamos imaginar. ¡Y la mayoría de las veces sin pagar más que por una alfombra
ya hecha!
Ya no estaremos limitados por las medidas (y
eso es lo principal) pero hay más ventajas. Porque la variedad de elección no
está solo en las medidas.
Por ejemplo: en el tipo de alfombra. Con pelo,
o sin él. Lisa, o con textura. Fina o gruesa. Con brillos, o mate. Estampada o
de color plano…
Respecto a los acabados o remates, más para
elegir: nos puede gustar con un discreto ribete de hilo, o por ejemplo con
dobladillo. O mejor, con una cinta elegante… ¿de poliéster? No, mejor de
antelina, ¿o de algodón? Y ya puestos, ¿en cuál de los 50 colores disponibles?
Tipos
de alfombras a medida
Respecto a los materiales se nos abre otro mundo
de variedades. Por ejemplo:
·
Alfombras lisas, de pelo corto
o largo (poliéster, poliamida) para confeccionar alfombras acogedoras para todo
uso, en dormitorios, salones y habitaciones. Con infinidad de texturas,
calidades y tonos de color.
·
Alfombras sin pelo, por
ejemplo de chenilla o polipropileno, tan cálidas como las de pelo, pero más
fáciles de limpiar.
·
Alfombras de sisal sintético o
vinilo para lugares de más tránsito (recibidores, pasillos o terrazas) o para
cuando queremos una alfombra muy resistente y fácil de limpiar, y perfectas
para exterior también.
·
Alfombras a medida para
pasillos, ya específicas, con sus anchos fijos y su longitud que se corta a la
medida requerida. Son alfombras resistentes, sin pelo o de pelo corto, pensadas
para el paso continuado.
·
Alfombras naturales como el
sisal o la lana, que aportan una calidez imbatible para otros tipos de
alfombras.
¿Te abruma tanta variedad? La libertad de
elección es la principal ventaja de las alfombras a medida, pero puede resultar
intimidante.
Pero no te preocupes: para eso están las
tiendas. Pregunta al profesional, que sabrá aconsejarte y guiarte entre un mar
de opciones para que encuentres tu alfombra a medida perfecta.